La leishmaniosis se transmite por la picadura de un mosquito conocido como flebotomo. Cuando un flebotomo hembra, infectado con el parásito, pica a un perro le transmite la leishmania.
La leishmaniosis canina es una enfermedad endémica en nuestro país por el elevado número de perros afectados.
En España la cuenca del mediterráneo es la más afectada, pero debido a la deforestación, al cambio climático, etc., estos mosquitos se han ido propagando y ya se ven casos incluso en la zona norte de nuestro país.
La infección
Cuando un flebotomo infectado inocula la leishmania a un perro pueden ocurrir dos cosas:
1- Que quede infectado pero no enferme.
2- Que quede infectado y empiece a mostrar signos clínicos.
El principal factor que determinará que un perro infectado enferme o no es la inmunidad celular del propio individuo.
La raza, edad y genética del animal influyen en este aspecto y tenemos razas con mayor predisposición a enfermar por leishmania: Coker Spaniel, Pastor Alemán, Rottweiler y Bóxer.
Mientras que por ejemplo el Podenco Ibicenco es menos probable que llegue a mostrar signos clínicos. Tienen por genética una respuesta inmunológica más competente frente a la leishmania.
Eso sí, debéis tener en cuenta que un animal positivo a leishmania puede permanecer sano durante años, pero si en un momento dado sufre una inmunosupresión por ejemplo debido a otra enfermedad, la leishmania puede diseminarse y el perro puede pasar de asintomático a enfermo.
Principales síntomas
Uno de los principales problemas de la leishmaniosis canina es que presenta una gran variabilidad clínica. Desde una pequeña herida en la piel o un nódulo, hasta una insuficiencia renal pueden presentarse como único signo de la enfermedad.
Los síntomas de la Leishmania no provienen del parásito, sino del sistema inmunológico del perro
Signos más frecuentes:
- Cutáneos: Dermatitis, descamación, nódulos, alopecias, trufa o almohadillas agrietadas, aumento exagerado de las uñas…
- Gastrointestinales: Diarreas, vómitos…
- Ganglios linfáticos aumentados de tamaño.
- Anemia.
- Decaimiento.
- Fiebre.
- Adelgazamiento.
- Problemas oculares (conjuntivitis, uveítis…)
- Sangrado por la nariz.
- Dolor en las articulaciones, cojeras.
- Complicaciones como la insuficiencia renal o tromboembolismos.
En función de los síntomas que presente el paciente y las pruebas laboratoriales, la leishamniosis se clasifica en estadíos de I a IV de menor a mayor gravedad.
Tratamiento
El tratamiento de la Leishmaniosis siempre se tiene que hacer por un veterinario y hay diferentes tipos de medicamentos en el mercado para tratarla (que no curarla).
Muchos perros con Leishmania toman el medicamento Alopurinol, utilizado para el tratamiento del ácido úrico en humanos, y que influye en el metabolismo de las purinas (ácido nucleico no esencial), que puede causar en algunos perros cristales de Xantina.
Mejorando el estado de mi perro con leishmaniosis a través de la alimentación natural
En lo relativo a la alimentación, debido a la multitud de manifestaciones que puede tener la enfermedad, no existe una alimentación única y especialmente recomendada, pero hay varias pautas que se pueden tener en cuenta y que pueden ayudar al perro a estar mejor.
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Las purinas
Si nuestro perro está recibiendo tratamiento y puede tener tendencia a presentar estos cristales, para reducir el riesgo al mínimo la alimentación debería tener las menor cantidad de purinas posibles.
Los alimentos que más purinas tienen son, curiosamente, carnes y vísceras (todos conocemos de la conexión entre el ácido úrico y la carne). El problema fundamental es que el perro es realmente un carnívoro y necesita proteína y grasa animal, entonces, ¿Cómo podemos lograrlo?
Principalmente deberemos bajar la cantidad de vísceras al mínimo o sustituirlas. En general las carnes más bajas en purinas son el pollo, el cordero, el conejo y el pato, evitando piel y órganos.
También procuraremos usar carnes de músculo (con mayor cantidad de proteína de calidad y fáciles de digerir) frente a carnes de otras partes con tejido conectivo o cartilaginosas (como la tripa verde, las tráqueas u otras).
Se puede también pensar en bajar la cantidad de carne sustituyéndola por productos lácteos y, si no hay otra manera, se puede poner una cantidad más grande de lo normal de cereales o carbohidratos.
También es posible introducir pescado, ya que, por lo general, son bajos en purinas, por ejemplo el Bacalao, la Perca, el Lenguado o el Lucio, todos sin piel.
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Los oxalatos
Otro de los problemas que pueden sufrir perros propensos son los cristales de oxalatos. En general, se debería mirar también la cantidad que contiene la dieta.
Muchas verduras y otros alimentos contienen mucho oxalato, por ejemplo: el amaranto, las acelgas, las espinacas, la remolacha y el perejil.
Aquí se tiene que mirar toda la comida preparada, ya que contiene muchas veces grandes cantidades de remolacha, usada como subproducto de la industria del azúcar.
En general no hay muchas marcas de pienso que se pueda usar con una dieta baja en purinas.
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Problemas renales
Existen otros problemas que pueden aquejar a perros con Leishmania, por ejemplo, problemas renales. En este caso, la alimentación debería estar enfocada en este problema y debería ser asistida por un/a nutricionista o un/a veterinario/a con conocimientos de nutrición.
Si nuestro perro con Leishmania sufre de problemas de riñón, estas son unas buenas recomendaciones acerca de su dieta:
• Reducir el fósforo en la dieta (reducir los huesos y sustituir el calcio)
• No reducir la cantidad ni la calidad de las proteínas
• Usar alimentos ricos en carotinoides (pimiento rojo, zanahoria o calabacín)
• Hacerla rica en azufre (yema de huevo, pescado, queso, broccoli, frutas)
• Hacerla rica en grasas
• Suplementar potasio, oligoelementos, coenzima Q10 y vitaminas B y C
• Usar algunas hierbas medicinales que pueden ayudar: diente de león, ortiga (semilla) y la alfalfa
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Mejora del sistema inmune
Algo muy importante, y que no se nos puede olvidar, es que los síntomas que puede mostrar la leishmania realmente no provienen del parásito, sino del propio sistema inmunológico del perro. Por eso es bueno recordar que ayudaremos a nuestro perro siempre que busquemos el equilibrio y no lo sobre-estimulemos.
Hay varios suplementos que ayudan a esto, por ejemplo, la espirulina o el Propóleo, los aceites ricos en omega 3, el aloe vera, la ortiga, el escaramujo o la uña del gato.
Una planta muy interesante es la planta Artemisia Annua, hay estudios que demuestran que puede ayudar a bajar la cantidad de leishmanias en el cuerpo del perro y sin efectos secundarios.
El problema de los piensos y la Leishmaniosis
Existen otros dos alimentos, no cárnicos, que son ricos en purinas y deberían ser evitados para no causar problemas de piedras: se trata de la soja y la levadura.
Muchos piensos contienen una gran cantidad de levadura y/o soja. Lo ideal sería evitarlos en el pienso que le demos a nuestra mascota, pero el hecho de que muchos piensos no concreten sus ingredientes no ayuda.
Otro de los retos comunes con los piensos es que tampoco sabemos qué tipo de carnes se utilizaron para confeccionarlo, entre las cuáles no es poco frecuente encontrar pieles, patas, plumas, órganos etc. que, como ya hemos apuntado serían de alto contenido en purinas. Lo mismo pasa, por desgracia, con las latas.
La leishmania no es curable, solo se puede mejorar el sistema inmunológico para que el perro mismo pueda enfrentarse a este parasito.
Recuerda que puedes contactar conmigo para mi servicio de asesoría nutricional. Seguro que puedo ayudarte a mejorar la salud de tu perro o gato
Asesoría Nutricional
Referencias
Prevalencia leishmaniosis en España
Leishmania las 10 dudas más frecuentes
Contenido en purinas de los alimentos
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